En el hondo de mi corazón no podéis leer
A mi flor de Marruecos...
Mientras el frío
golpea las cavidades de la corpórea presencia
Y que el abrigo que
me queréis ofrecer, no es el que deseo:
Necesito de un
tejido que abrigue la soledad del alma.
En el exilio no hay
cabida para los caprichos,
por que en el vacío
El orden precisa la ausencia del exceso.
El orden precisa la ausencia del exceso.
La oscuridad al
ruido.
Podéis pensar que me he despatriado
Que he fundado una
isla desierta
Que he aprendido a
tejer
porque no soporto el
mundo,
Pero, en el fondo de
mi corazón, no podéis leer.
Veis las aves cómo forman ciclones
pero no conseguís asustaros por los truenos.
pero no conseguís asustaros por los truenos.
Pensáis ¿a dónde irán? pero no ¿por qué huyen?
Detrás de vuestros
ojos se amaga un final apocalíptico
Mas solo apreciáis
la gota que cae sobre la textura,
O el rayo de sol que penetra el techo del
bosque.
Podéis esperar que
acabe esta experiencia purgatoria
Y que salga
exasperante y liberada
Y que después de
todo este sufrimiento recupere esa persona que he ido siendo
Sin saber bien quien
era.
Poco a poco he ido
vagando por el bosquejo del olvido,
Pero el cuerpo que
habito ya no es el mismo
aún encajar en las mismas sábanas.
aún encajar en las mismas sábanas.
Nunca recuerdo las
versiones de mi misma,
Será que en el
futuro no se proyectan las mismas sombras.
Los comienzos
prometen lienzos limpios.
Las pinturas huelen
a químico reciente.
Me limito a no
pensar en lo que he poseído;
Se que tengo cuatro
pensamientos, me he abastecido:
He enraizado las alas en mis
pies, vuelo.
Me he desplumado, soy libre.
Sé que siento aún que
padezca.
No busco nada, sino una rama
dónde descansarme.
Y al caer la noche…
Cuando todo tiembla…
No veis la luna
porque el sol se interpone.
No veis el mar
porque mi melena se agita en el viento.
No percibís las
mariposas muertas en mi estómago,
Sin embargo, me
leéis
O creéis leerme.
El sufrimiento es
una terrible mancha en el recuerdo.
Creéis que dejándome
volar no me convertiré en salvaje.
Podéis creer que no
me gusta que me retengan.
Podéis creer que no
me gusta pertenecer.
Podéis creer que no
me duele no tener dónde volver.
Pensáis que las millones ajugas que manipulan estas manos
no dejan estragos.
Pensáis que las millones ajugas que manipulan estas manos
no dejan estragos.
Juzgáis mis deseos
Juzgáis el filtro de
mis ojos
Juzgáis lo que busco
Cuando solo quiero
que nazca.
Podéis haber
conocido un cuerpo amable, una sonrisa límpida,
Unos brazos que
protegían gratuitamente, aún enyesados,
Con la piel
desollada, aquellas gentes tan candentes en la retina.
Podéis haber
conocido un alma contrariada que exponía sus desvaríos
Y que sufría por
todas sus facetas, porque era ininteligible la pluralidad de su alma.
Podéis haber
conocido una persona en semejanza, una amiga disponible
Pero, en lo más hondo de
mi corazón, no habéis leído.
Comentarios
Publicar un comentario