IV
Todo continuará igual.
Pero mis brazos insisten,
en abrazar el mundo
porque no fueron nunca enseñados
después de nacer,
que siempre,
es demasiado tarde.
Pero mis brazos insisten,
en abrazar el mundo
porque no fueron nunca enseñados
después de nacer,
que siempre,
es demasiado tarde.
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