Me quedo ahí
Llevaba una vida y qué corto ha sido el viaje
Dirás que fue rápido encontrar un espacio dónde nuestros corazones lograran estar en receso.
Te digo que desde el primer día hasta hoy han pasado milenios:
Llevaba una vida esperando sentir las sabanas como ahora las siento sobre la piel: blancas, intactas y frías.
Llevaba una vida recogiendo las puestas de sol en una libreta para cuadrarlas en una imagen insonora que retratasen el otoño de mi alma.
Llevaba una vida esperando el recado místico del equilibrio de la planta de los pies, los ojos y el corazón.
A cada tic tac del reloj, un latido guardado, un sueño que cruza mis pestañas y mueve los párpados, me quedo ahí dónde pase lo que pase siempre puedo cambiar la ruta...
Dónde puedo desear tenerte delante, que vengas, te arrodilles ante mi cara, yo me arrodille a tu altura, crucemos nuestras pieles y sin decir nada, liberarnos.
Llevaba una vida, que corto ha sido el viaje, sin saber que amar cómo hago también conduce al amor y no a la soledad... Han pasado milenios, de los cuales ya han caído montones de estrellas del cielo, que ya no es el mismo desde el principio ni los ojos lo aguardan de la misma forma.
Llevaba una vida queriendo mirar el aire con nuevos ojos. Ahora que nos disponemos a vestir los mismos, no digas amor que fue cuestión de segundos
Dirás que fue rápido encontrar un espacio dónde nuestros corazones lograran estar en receso.
Te digo que desde el primer día hasta hoy han pasado milenios:
Llevaba una vida esperando sentir las sabanas como ahora las siento sobre la piel: blancas, intactas y frías.
Llevaba una vida recogiendo las puestas de sol en una libreta para cuadrarlas en una imagen insonora que retratasen el otoño de mi alma.
Llevaba una vida esperando el recado místico del equilibrio de la planta de los pies, los ojos y el corazón.
A cada tic tac del reloj, un latido guardado, un sueño que cruza mis pestañas y mueve los párpados, me quedo ahí dónde pase lo que pase siempre puedo cambiar la ruta...
Dónde puedo desear tenerte delante, que vengas, te arrodilles ante mi cara, yo me arrodille a tu altura, crucemos nuestras pieles y sin decir nada, liberarnos.
Llevaba una vida, que corto ha sido el viaje, sin saber que amar cómo hago también conduce al amor y no a la soledad... Han pasado milenios, de los cuales ya han caído montones de estrellas del cielo, que ya no es el mismo desde el principio ni los ojos lo aguardan de la misma forma.
Llevaba una vida queriendo mirar el aire con nuevos ojos. Ahora que nos disponemos a vestir los mismos, no digas amor que fue cuestión de segundos
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