Las golondrinas viejas siempre vuelven

Vuelas en círculos en el cielo,
creando un remolino con tu pelo rubio.
Estirada en el parque,
a mil pies de tu alcance,
me inundo en el placer
cada vez que despliegas las alas.
No puedo llamar tu atención
para que aterrices
y con tu pico introduzcas
en mis venas la pasión.
Intercedirte seria matarte.
No pretendo ser propietaria
Porque tú no perteneces a nada
Y, honestamente,
lo único que apodero son palabras.

Prefiero tenerte como halcón,
Supervisando los alrededores,
Surcando las olas de nubes
que manchan el cielo azul
sobre la ciudadela.
Te cedo la libertad (Porque te la mereces más)
y yo me quedo con estas paredes
a las que llamo casa
pero no sé cuál es su naturaleza.
Dicen que me protegen,
Dicen que allí puedo desnudarme,
mas han sido incontables las veces
en las que me he sentido juzgada
por ojos invisibles.

Contigo
(Y yo dentro de esta muralla de cemento)
Puedo sentir que soy capaz
De mover mis brazos desplumados
Y escapar de éstos terribles límites,
Dejando la puerta abierta,
Porque he leído que
las golondrinas viejas
Siempre vuelven