Querido tiempo,
desde hace semanas que el sol se pasea rozandonos las pieles con un ardor muy agradable. Las flores han florecido y no podría estar más contenta de que hubiera llegado la primavera. Mamá ha plantado tulipanes, margaritas y ya han florecido las amapolas... Las abejas vuelan dejando birutas de polen por el aire y los árboles nunca se vistieron de un verde tan hermoso... Aun que no todos los dias sean sufocantes ni extremadamente calurosos, hay días que te llenan el corazón solo por los aromas que han perfumado las calles... Tenía tantas ganas de ver brillar los colores entre estos edificios tan grises y aburridos... Puede que eso es lo que me anime un poco; el invierno, yo que estoy tan obcecada por hablar de mi vida durante las estaciones, me dejo muy seca, muy fría. Hoy siento el sol acariciarme de nuevo y pienso que pueda que aún haya una esperanza...
Qué más puedo contarte. He podido sentir el viento despeinar mi pelo y susurrar en mis oídos como si se tratara de una dulce canción de esas que te acunan para dormir. Aún que sus palabras me desquicien como siempre, me dejen desalientada, puedo decir que he sido capaz de volver a escribir lo que siento... Será por el sol o porque ya ha pasado el invierno. El hielo me dejaba los dedos demasiado fríos pero no más de lo que estaba mi corazón. Pero parece que ya va descongelándose, todo es cuestión de perspectivas al fin y al cabó. O de tiempo, como siempre.
Durante la temporada de frío deje de quejarme entre papeles, me parecía una terapia un tal sombría que confundía mis ideas más claras. Ahora que por fin la luz ha podido alumbrar este pantanoso hueco de mi existencia, sé que no era el frío, ni tan solo en las duras madrugadas que ni el algodón más compacto abrazaba la piel estremecida... Cuando sabemos que algo es real ante nuestros ojos y más claro ante nuestra mente, no sufrimos. En cambio las dudas son la peor tortura que el hombre pudo inventar.
desde hace semanas que el sol se pasea rozandonos las pieles con un ardor muy agradable. Las flores han florecido y no podría estar más contenta de que hubiera llegado la primavera. Mamá ha plantado tulipanes, margaritas y ya han florecido las amapolas... Las abejas vuelan dejando birutas de polen por el aire y los árboles nunca se vistieron de un verde tan hermoso... Aun que no todos los dias sean sufocantes ni extremadamente calurosos, hay días que te llenan el corazón solo por los aromas que han perfumado las calles... Tenía tantas ganas de ver brillar los colores entre estos edificios tan grises y aburridos... Puede que eso es lo que me anime un poco; el invierno, yo que estoy tan obcecada por hablar de mi vida durante las estaciones, me dejo muy seca, muy fría. Hoy siento el sol acariciarme de nuevo y pienso que pueda que aún haya una esperanza...
Qué más puedo contarte. He podido sentir el viento despeinar mi pelo y susurrar en mis oídos como si se tratara de una dulce canción de esas que te acunan para dormir. Aún que sus palabras me desquicien como siempre, me dejen desalientada, puedo decir que he sido capaz de volver a escribir lo que siento... Será por el sol o porque ya ha pasado el invierno. El hielo me dejaba los dedos demasiado fríos pero no más de lo que estaba mi corazón. Pero parece que ya va descongelándose, todo es cuestión de perspectivas al fin y al cabó. O de tiempo, como siempre.
Durante la temporada de frío deje de quejarme entre papeles, me parecía una terapia un tal sombría que confundía mis ideas más claras. Ahora que por fin la luz ha podido alumbrar este pantanoso hueco de mi existencia, sé que no era el frío, ni tan solo en las duras madrugadas que ni el algodón más compacto abrazaba la piel estremecida... Cuando sabemos que algo es real ante nuestros ojos y más claro ante nuestra mente, no sufrimos. En cambio las dudas son la peor tortura que el hombre pudo inventar.
Comentarios
Publicar un comentario