Sé que lo habéis notado, hay una parte de mi que se deteriora. El innegable impulso de la gravedad me empuja en esta insuficiente rutina y a seguir despedazándome durante esta insípida trayectoria que persigo. 
Soy indigente, me muero por besarte y comerte las palabras... Hace tantos días que no tengo un bocado que mi estómago se ha cerrado en forma de protesta.
No hago nada más que quejarme y echarte de menos. Hablo de mi como si mi vida fuera interesante... Siempre yo, echa a trizas, triste, gris, incomprendida, te espero y...

No hay nada, no te engaño. Lo que ves es lo que hay. Un corazón malherido, noches despierta, una vida sin ritmo desde que te has ido. 

Siempre he temido a la mejora. Eso es imposible, solo me hace ver frágil e incompetente. Hace años que he aprendido a conformarme con lo que tengo y con todo lo que he perdido. Dinero, amor y amigos...

Así que ya ves, por si no lo habias notado, estas tan lejos que parece que nunca te hubiera probado. Me someto al día a día, debajo una polvorienta indumentaria. Esa es mi frontera, cerca de tus labios... Pero me han desertado. 

No hay nada más que hacer en este circulo cerrado, solo seguir gritando: por los sueños y por saciar mi sed. Y pornsi acaso aquí te espero, por si tu también renuncias a la distancia.

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