Caotico
Estubimos sentados en esa terraza desde que el sol resplandecía por las calles de Madrid hasta que la contaminación de luces vestía sus mejores atuendos. Pues estubimos hablando sobre la vida y sobre la lírica contemporánea, sobre el hambre en el mundo, la economía -un poco por encima ya que nos quedabamos cortos- y luego paseabamos por las calles como si solo la luna fuera testigo de nuestra existencia, cantabamos al compás del Jazz más remoto y fue entonces cuando nos estabamos mirando, a los ojos, que quise nadar en ellos, escarvar hasta encontrar el elixir, arrancarte la piel a tiras y arañarte hasta sangrentar, quise verte volar como un Fénix hasta el sol y quise devorar tus palabras y oraciones. Fue entonces cuando Madrid, adormecida, se despertaba y entraba en un caos entre mi aliento y tu corazón.
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